La luna silenció sus pasos, cubriendo con su blanca estela toda huella de su ida y vuelta, se marchó antes de ser vista, antes de ser percibida y momentos antes de que alguien, se percatara de su presencia; pero quizas, tuvo el tiempo suficiente para ver la verdad. Caminando por la playa, lucho contra su ira, destrozando a su paso toda su cordura, todo su amor, por lo que quedaba de vida en su inerte cuerpo.
Tropezó al golpear una roca, rodó, mas no se levanto, revolcándose de sufrimiento, permaneció en el suelo arenoso...
"...Debes olvidarla, no te alcanza con todo lo que has visto?...que mas pruebas necesitas..."
"Cállate!!, lo menos que quiero es oír tu voz!!"
"Siempre te aconseje bien, más de ella te hable y no oistes mis reclamos....permaneciste ciego, sordo y mudo ante su presencia...sabias muy bien que esto pasaría, que esperabas? levántate!!"
"CÁLLATE"
Lentamente se reincorporo secando sus lágrimas y con su lento andar, caminó hacia el agua...
"Basta!!, Detente!!, Qué haces tonto? eres un ingrato, después de todo lo que di por ti!! DETENTE!!"
Y sin decir mas palabras, respiró por ultima vez....
Otra vez abrí mis ojos, la oscuridad había vuelto...pero...por qué veía todas esas cosas? quiénes eran todas esas personas?
La muerte no espera, la muerte cede, da el tiempo que ella crea necesario y sólo si lo aprovechamos...por ese y otros motivos... Un joven, mal herido, esperaba la muerte en un campo de batalla, había sido herido por el enemigo, una herida mortal, muy dolorosa en su pierna... tal fue su suerte, que el filo de la espada solo había cortado la arteria y dañado algunos músculos, la sangre brotaba, casi a borbotones. Pese a ello,recorrió el campo de batalla tratando de encontrar alguien que lo pudiera ayudar, lo único que vio fue dolor y agonía, fue en ese momento que se percato de su horrible destino; morir no era la causa de su pena, el dolor mas grande para él, era no haberse despedido de su amor, sabia que era una guerra, en la cual podría morir, lo supo antes y después de jurarselo...pero algo dentro de su alma, pedía a gritos que participara...antes de partir intento encontrarla, en vano busco por cuanto secreto rincón hubieran visto, más no la encontró...caminó, casi sin detenerse los siguientes días, caminó hacia su muerte, y aun así no pudo despedirse, no pudo decir adiós...se recostó de espaldas a los restos de uno de los carros de su formación, no le restaba nada, pero el dolor de pronto comenzó a aliviarse su rostro de pena y agobio, se despejo de sufrimiento y preocupaciones...
Sentí, que algo me jalaba con mucha fuerza, intente resistirme pero, necesitaba ver que sucedía después, necesitaba saberlo...mi esfuerzo fue inútil y una vez más me vi sumido en la eterna oscuridad de aquella reclusión temporal...
Volví a entrar en ese estado de atemporalidad, volvía a ver cada vez lo mismo, los únicos cambios, eran una y otra vez las causas de la muerte, la situación en las que estas se daban, pero... había un patrón, el patrón, no era otro sino el amor, no la presencia del mismo, tampoco la ausencia, si no la angustia a causa del amor...
D.W
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